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- El periplo de Raidmundo
Publicado por : Unknown
jueves, 24 de julio de 2014
Ayer Raidmundo tuvo su particular raid, tal y como ya lo tuvo Remigio. La hazaña que os vamos a contar es del viaje de Raidmundo desde Barcelona, hasta Zaragoza y desde la capital aragonesa a Guadalajara, para terminar (esto ya lo contamos mañana no vaya a ser que os empacheis...) en Madrid, para empezar a ser "musculado" para aguantar el viaje a Marruecos. Os dejamos con la crónica de uno de los dos conductores del trayecto, Víctor, desde Barcelona a Zaragoza:
Antes de ponerse en marcha, procedemos a colgar del espejo retrovisor la cinta de la Virgen del Pilar que compramos en la basílica, una para cada coche, a modo de recuerdo y amuleto para el viaje. Mientras Víctor pone en conocimiento de Javi, los pequeños trucos, le muestra el contenido del maletero, repleto de material para su preparación y le enseña como funciona la "megafonia" de Raidmundo...
Una vez explicado todo y habiéndose despedido como es debido de los allí presentes, salen cual Fórmula 1 a las calles de Zaragoza... (juzguen ustedes mismos gracias al vídeo del momento) para dejar a Víctor en el tren de vuelta a la ciudad condal.
El resto del viaje, transcurrió sin problemas, Javi llegó tres horas y media después a su destino... Raidmundo se portó como un campeón, demostrado que es capaz de hacer todo lo que le echen, pero su viaje no terminaba ahí, porque hoy le tocaría recorrer unos cuantos kilómetros mas para llegar al destino final.
Después de la obligada rutina de comprobar niveles de los líquidos de nuestro Marbello catalán y cambiar una rueda por precaución ( la trasera izquierda estaba en los alambres) a las 7:20 a.m. (pequeño retraso sobre el horario previsto, ya que hay que dejar a la jefa en el trabajo y permitir que se despida del coche ) partimos rumbo a Zaragoza, en lo que iba a ser la prueba de fuego de Raidmundo.
A los problemas ya detectados el día de la compra se ha sumado uno: cuando la caja de cambios lleva un rato funcionando las marchas cuestan tanto de entrar como de salir, resultando incómodo su manejo. En un principio lo achacamos a falta de valvulina, pero hasta que no se compruebe no podemos asegurarlo. De todas formas, como la segunda rasca una barbaridad, lo más probable es que se cambie la caja directamente.
A medida que van pasando los kilómetros constatamos que ¡el motor va como un tiro!. Mantenemos una cómoda media de 120/130 kms/hora, tan solo bajándola en la subida hacia el puerto del Bruc. Cosa lógica y normal para un mini motor.
En la gasolinera del Bruc hacemos la única parada del viaje para repostar 30 Euros, unos 20 litros con los que llenamos el pequeño depósito y deben ser suficientes para llegar a la ciudad del Ebro. Efectivamente, los kms van cayendo y el Marbello se comporta como un Jabato. A las 10.30 hacemos una entrada triunfal en Zaragoza.
Después de un poco de turisteo y unas cervecitas, el que suscribe se monta al AVE para regresar a Barcelona, mientras Raidmundo inicia la segunda parte de su periplo, esta vez con Javi a sus mandos, rumbo a su nuevo hogar donde se va a transformar en una bestia del desierto.
Antes de ponerse en marcha, procedemos a colgar del espejo retrovisor la cinta de la Virgen del Pilar que compramos en la basílica, una para cada coche, a modo de recuerdo y amuleto para el viaje. Mientras Víctor pone en conocimiento de Javi, los pequeños trucos, le muestra el contenido del maletero, repleto de material para su preparación y le enseña como funciona la "megafonia" de Raidmundo...
Una vez explicado todo y habiéndose despedido como es debido de los allí presentes, salen cual Fórmula 1 a las calles de Zaragoza... (juzguen ustedes mismos gracias al vídeo del momento) para dejar a Víctor en el tren de vuelta a la ciudad condal.
El resto del viaje, transcurrió sin problemas, Javi llegó tres horas y media después a su destino... Raidmundo se portó como un campeón, demostrado que es capaz de hacer todo lo que le echen, pero su viaje no terminaba ahí, porque hoy le tocaría recorrer unos cuantos kilómetros mas para llegar al destino final.