Sancho Panda Sport

Hace ya mas de una semana desde que llevamos a Remigio al taller autorizado para la revisión y preparación necesaria, por lo que ya iba siendo hora de hacer una pequeña crónica del viaje, hemos tardado un poco porque la postproducción del vídeo del final ha sido muy cuidada para poder presentar el vídeo a la siguiente edición de los Oscars y sacar lo mejor posible a Remi.

Como ya os comentábamos Remi tiene la junta de culata tocada y esto hace que el manguito coja excesiva presión haciendo que todo el agua se vaya a la bombona expansora y escupa el agua, si ya el día de la recogida fue bastante duro, porque como comentaba Javi en el vídeo se calentó dos veces en 50 kilómetros, no queríamos imaginarnos un viaje de mas de 200 km. Para evitar tener que parar cada dos por tres decidimos hacer la primera "ñapa" de supervivencia: al tapón del radiador le quitamos la válvula para que el agua circulase libremente y así evitar que se calentase... 

¡Y lo conseguimos! El invento funcionó y pudimos hacer todo el camino sin tener que parar para rellenar el radiador, aunque en el atasco mañanero a la altura de Torrejón de Ardoz, antes de coger el desvío de la M-50, Remi se empezó a calentar y nos dio un pequeño susto, pero por suerte se quedó solo en eso, un susto de nada que no le impidió hacer el camino del tirón hasta Aranjuez, donde esperaba el coche de apoyo. Después de que ambos conductores repusiéramos fuerzas pusimos rumbo a Valdepeñas del tirón, así a lo loco y sin medicamentos. Remi nos había demostrado que no se calentaba como antes, incuso se atrevía a mantener una velocidad constante de 110 km/h, aunque con el ruido que hace el escape, hace que si montas siendo premio nobel salgas "mutonto", porque anda que no hace falta estar "mutonto" para ir con un coche que hace tanto ruido a esa velocidad durante tanto tiempo... pues nosotros lo hicimos, porque como ya estamos "mutontos", más no podemos quedarnos... Os dejamos un vídeo resumen del viaje en cuestión:

Queremos decir que ninguno pensaba que Remigio se fuese a portar como se portó, no dio ningún problema y todos nos quedamos asombrados de lo bien que afrontó el viaje, aunque sus pequeños achaques se notasen como cuando las ráfagas de viento hacían balancearse el piloto trasero, o que al frenar se encendiese el indicador de antiniebla del cuadro de mandos y el intermitente se quedase fijo, o que el  simple hecho de adelantar a un camión fuese una aventura por el balanceo de la suspensión al dar el aire de costado después de adelantarlo, que nos hacia pensar que íbamos en una barcaza de pesca... Los "transporters" llegamos a la conclusión que habíamos hecho una buena compra...